El proyecto que cuenta con el financiamiento del Programa Bicentenario en Ciencia y Tecnología (PBCT) de CONICYT y del Banco Mundial, en conjunto con las empresas Southern Technologies, Vitrogen y Farmaindustria, tiene fundamentalmente tres grandes líneas de trabajo.
La primera corresponde al desarrollo y evaluación de una nueva herramienta para el tratamiento del Cáncer de Colon. Se trata de un virus modificado genéticamente, que infecta células de Cáncer de Colon humano de forma preferencial y que una vez dentro de estas, las destruye.
Este virus recombinante, fue desarrollado fundamentalmente por la contraparte Argentina del proyecto, bajo la dirección de los Doctores Osvaldo Podhajcer del Instituto Leloir de Buenos Aires y Guillermo Mazzolini, de la Universidad Austral de la misma ciudad.
Esta línea de trabajo corresponde a la con mayor avance, por lo que se espera próximamente el inicio de ensayos de fase clínica.
La segunda línea de trabajo corresponde a la que se desarrolla, en las Universidades de Concepción, la Frontera en Temuco y Adolfo Ibáñez en Santiago, y que es dirigida por el Dr. Martín Montecino del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción y que busca nuevos elementos para el desarrollo de una terapia genética contra el Cáncer Gástrico, de Páncreas y de Vesícula Biliar.
El grupo de la Universidad de Concepción lo integra además el Dr. Giancarlo De Ferrari, de la misma unidad académica, el Dr. Fernando Cruzat quien se desempeña como Investigador Asociado Postdoctoral y los estudiantes de doctorado Soraya Bravo y Felipe Núñez.
Durante el primer año de investigación se ha avanzado significativamente en la identificación de nuevos genes asociados a la aparición y evolución maligna del Cáncer Gástrico y de Vesícula Biliar, así como también en el análisis de las determinantes celulares y moleculares que hacen a estos genes promisorias futuras herramientas para diagnóstico, pronóstico y tratamiento mediante terapia génica.
Los resultados obtenidos hacen presumir que en un plazo no superior a un par de años, algunas de estas nuevas herramientas genéticas estarán en fase de patentamiento en USA y se espera que a continuación de este proceso, sigan exhaustivos análisis en modelos animales para luego entrar en ensayos de fase clínica en humanos.
Se pretende que este proyecto permita desarrollar virus genéticamente modificados que infecten de manera preferencial células cancerígenas gástricas y que una vez dentro de estas, produzcan elementos tóxicos para ellas. Todo esto con mínimos efectos para las células sanas.
Por último, la tercera línea de trabajo dentro del Consorcio, es liderada por los doctores Juan Hancke y Rafael Burgos, de la Universidad Austral de Chile en Valdivia y aspira a identificar elementos con alta capacidad antioxidante en extractos de berries cultivados en Chile, que demuestren además algunas capacidades anticancerígenas. Los estudios incluyen una exhaustiva evaluación de estos compuestos a nivel celular y en modelos animales.
El grado de avance del trabajo hace presagiar que se contará en un futuro próximo con productos de origen natural que puedan ser comercializados en diferentes países.
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