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martes, 10 de junio de 2008

Así es el "nuevo" iPhone

Por lo demás, y dejando aparte la promesa de que una de las nuevas ediciones -la más cara- estará disponible también en el característico color blanco que es casi emblema religioso para los amantes de la marca de la manzana, lo poco que tiene de nuevo el dispositivo que enseñó ayer el presidente de Apple está en su interior.

La novedad: 3G

La revolución de este semestre ha consistido en embutir un módem 3G en un teléfono móvil, algo que no sería noticia si no fuese porque este exclusivo aparato es de Apple. Y porque el márketing masivo de la compañía no ha conseguido obviar el anacronismo que supuso haber lanzado un terminal en 2007 sin esa capacidad.

De hecho, en España son legión los terminales que cuentan con ella: Vodafone, la segunda operadora, calcula que sólo en su red hay 5,2 millones de teléfonos equipados con uno de esos módem. Telefónica, que venderá en exclusiva el de Apple, declara por su parte que en estos momentos hay más de 4 millones de números con 3G en su Red.

Compra, igual a contrato

La nueva habilidad del iPhone para conectarse a la Red sin necesidad de que haya cobertura WiFi no sólo lo pone a la altura del resto de dispositivos con menos brillo sino que -más importante-, permite su aterrizaje en mercados como el español.

Equipado también con un receptor GPS (tampoco esto lo convierte en revolucionario), el teléfono sin teclas ya puede llegar a España, y lo hará con algo más de batería y de la mano de Telefónica. Tampoco en la fórmula de comercialización habrá novedades.

Puesto que Apple no sólo gana dinero vendiendo el teléfono, sino que también se lleva un mordisco de lo que paguen los usuarios a la operadora, quienes quieran presumir de modernos con amigos y familia tendrán que acceder a un pacto que puede que no sea muy ventajoso: el teléfono por menos de 199 euros, a cambio de contratar un plan de precios "especial". Y donde dice especial, la mayoría de los usuarios de otros países ya han leído "más caro".

viernes, 6 de junio de 2008

Brasil un gigante en potencia en biotecnología para la salud


Brasil, la potencia económica de América del Sur, está en camino de convertirse en un gigante de la biotecnología para la salud, reveló este viernes un estudio publicado en la revista Nature Technology. Pero, para lograrlo, ese país debe superar algunas barreras, entre ellas reformar el sistema de patentes, resolver problemas regulatorios y aumentar la aportación de recursos humanos en este campo, según el Centro para la Salud Global McLaughlin-Rotman (MRC), de la Universidad de Toronto (Canadá). El informe afirma que Brasil cuenta ya con la capacidad científica y de mercado como para ser un actor importante en el campo de esa tecnología, al nivel de la India y China. "Cuando uno piensa en biotecnología, ya no se trata de San Francisco, Boston, Londres y Tokio", considerados hasta hace poco los centros principales del avance biotecnológico en el mundo, según Peter Singer, director interino de MRC. "Ahora también se trata de Hyderabad (India), Shanghai (China) y Sao Paulo (Brasil). Aunque todavía no ha llegado a su madurez en las economías emergentes, la biotecnología ya no es una hegemonía del mundo desarrollado. La innovación biotecnológica se ha globalizado", agregó. Según Singer, lo que ha frenado a Brasil en su avance biotecnológico tiene poco que ver con el nivel de conocimiento de sus científicos. "Su ciencia es de nivel mundial. Desgraciadamente existe un conjunto de pequeños desafíos que siguen frenando el momento en que el país termine por convertirse en un innovador importante en el sector de la biotecnología de la salud", manifestó. Sarah Frew, investigadora de MRC, indicó que India y China se han convertido en potencias en este campo y cuentan con los conocimientos y los recursos para producir medicamentos y vacunas a una fracción del costo en que incurren las grandes farmacéuticas. "Son pocas las razones para pensar que Brasil no pueda hacer lo mismo siempre y cuando atienda algunos pequeños desafíos pendientes", añadió. Según el estudio de MRC, una diferencia entre la India y Brasil es que las empresas del país asiático son las principales fabricantes de vacunas y cubren el programa nacional de inmunización. En Brasil, esa actividad está principalmente bajo el control de los organismos públicos. Por otra parte, además de contar con grandes mercados internos, las compañías indias y chinas se han centrado más en las importaciones que las firmas brasileñas. Rahim Rezaie, quien también participó en el estudio, dijo que Brasil está ante un dilema: cómo cosechar los beneficios de un robusto sector privado y, al mismo tiempo, hallar soluciones sostenibles y asequibles para las necesidades de la salud local.

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