VIENA (AP) - El calentamiento global hace que los osos polares emigren hacia el sur, derrite glaciares y también podría generar problemas cardíacos, dicen especialistas.
Médicos que asisten al congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología indicaron que es bien sabido que cuanto más calor hace, más problemas cardíacos hay.
"Si en los próximos 50 años las temperaturas aumentan algunos grados, podríamos tener más problemas cardiovasculares", expresó la doctora Karin Schenck-Gustafsson, del departamento de cardiología del Instituto Karolinska de Suecia.
Cuando se produjo una ola de calor en Europa en el 2003, se registraron 35.000 muertes más que las esperadas en las dos primeras semanas de agosto. Tan sólo en Francia, hubo 15.000 muertes más que el promedio cuando subieron las temperaturas.
Los expertos aseguran que ello se debió a que el calor exacerbó los problemas cardíacos de los ancianos.
El endurecimiento de las arterias es como la herrumbre de un automóvil. "El metal se oxida mucho más rápidamente con temperaturas altas. Lo mismo sucede con la arterioesclerosis", declaró el doctor Gordon Tomaselli, jefe de cardiología de la Universidad de Johns Hopkins University.
Cuando hace calor, sudamos para enfriar el cuerpo. Durante ese proceso, la sangre va hacia las zonas donde las temperaturas son más bajas, lo que abre las venas. El ritmo de los latidos se acelera y baja la presión sanguínea. Esa combinación puede resultar peligrosa para los ancianos y aquellas personas con sistemas cardiovasculares débiles.
Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que se espera que en el futuro la mayor parte de la gente viva en ciudades, donde las temperaturas son más altas por la presencia de grandes edificios, la ausencia de árboles y la contaminación.
Los médicos sospechan que la contaminación, que se espera aumente con los cambios climáticos, contribuye también a los males cardíacos. Creen que cuando los pulmones son irritados por pequeñas partículas contaminantes en el aire, ello puede generar reacciones adversas en el corazón.
"Podríamos evitar una cantidad de riesgos cardiovasculares si combatimos el calor en las ciudades", afirmó Diarmid Campbell-Lendrum, especialista en cambios climáticos de la Organización Mundial de la Salud.
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